Papel Escrito

Se encontraba atrapado en una fosa de látex y circuitos electrónicos. Con el amanecer deseaba el crepúsculo, y una vez la luna iluminaba aquel abismo con el fantasma de lo que alguna vez fue, intentaba apoderarse de esas pocas horas de inconsciencia para luego olvidarlo todo, haciendo honor a las llamadas “tradiciones” de la época. Las responsabilidades de antaño, eran la serie de bostezos de hoy, y la carcajada del presente, la vergüenza de ayer. Quién era, sino aquel que pudiendo tener oro prefirió tener diamantes de plásticos. Él era uno más, un título al que criticaba, mas poseía honores. No sería de importancia, si no hubiera tenido millones de gemelos, diferentes de apariencia, maestros del engaño, pero gemelos al fin, que hubieran seguido sus mismos pasos. Él era “La Juventud De Hoy En Día”, diría un veterano, “La Barbarie”, suspiraría Sarmiento, “Lo Que Nunca Quisiera Ser”, pensaría usted.

Lamento decirle, que si bien no es regla general, es frecuente que aquello que rechazamos, termine en nuestro regazo siendo aceptado, o tolerado en última instancia. “Lo Que Nunca Quisiera Ser” puede ser su autobiografía si no tiene cuidado, o aún peor, su biografía escrita por otro. Y el problema se encuentra en que dedicamos mucho de nuestro, cada vez, más escaso tiempo a pensar en aquello a lo que uno quiere evitar parecerse, y damos tantas vueltas a ese círculo invisible que tememos empezar a ver, que, a la hora de la verdad, o nos encontramos vacíos, o no nos hemos convertido en aquello que tanto rechazamos, sin siquiera darnos cuenta. Ser o no ser, no debería ser siquiera una cuestión hoy en día. Seamos de una vez por todas, sí, seamos.

Secundo amablemente espera que algún sonido lo saque de su ensimismamiento. Qué placer más grande el de sumergirse en el mundo de los pensamientos y sentirse a uno mismo. Aquel Yo absolutamente puro, tal cual es, sin máscaras ni censuras. Él es su propio filósofo y psicólogo, su alumno y profesor, su duda y respuesta, su Él. Disfruta llevando las conversaciones a un nivel superior y haciendo escuchar sus ideas, incluso sabiendo que no serán tan bien comprendidas como él las comprende. Y sueña con que su imaginación sea una realidad. Pero sólo soñar es para los que portan en su mano una bandera blanca, no para él. Este individuo siente el convencimiento de que puede transformar su pensamiento y su imaginación en algo corpóreo o que pueda ser percibido. Empero, hay ocasiones en las que sus deseos son interceptados por su compañero, aquel formado por látex y circuitos electrónicos.

¿Cómo es posible que dos posiciones tan diferentes en todos los aspectos, deban compartir prácticamente todo? Porque si esto no sucediera, el juego perdería su gracia, y uno carecería de iniciativas para transformar, en diferentes niveles, nuestra realidad ¿Qué es ser malvado, si no existe lo bueno? ¿Quién podría ser valiente, si no existiera el cobarde? ¿Qué es el número dos, sin el uno? ¿Y qué placer existiría en aprobar, al no existir el desaprobar?

¿Quién se esconde tras aquél velo de enigmas que envuelve al segundo individuo? “El Prócer”, alegaría el historiador, “El Descubrimiento”, exclamaría el científico, “Usted” deseo yo, “¿Yo?”, se pregunta usted.

“Un ideal es más poderoso que cualquier producto de látex o circuito electrónico”

Yo te doy atención, vos me escuchás.
Yo te hablo, vos platicás.
Me mirás mientras te observo.
Me hacés sonreír cuando te hago reír.
Yo te beso, vos me besás, nos besamos.
Yo te regalo mi mirada, vos tus labios.
Yo te doy mi memoria y tú, mil recuerdos.
Me dedicás tu tiempo y te doy mis horas
Me ayudás con mis inquietudes y te absuelvo tus enojos.
Nos obsequiamos mutuamente nuestros cuerpos.
Te entrego tristeza y vos me deprimís.
Te pienso cuando vos te acuerdas de mí.
Me buscás cuando te quiero encontrar.
Me disculpas la vida y yo te perdono.
Finalmente, no queda nada.
Te di mi felicidad por tu corazón.
Me diste tu vida y yo la mía.
Nos intercambiamos las almas para convivir con la nuestra.
Pactamos nuestra existencia.

Qué pena, como desearía haberla conocido antes, sí, antes que él. Qué tonto de mí por no haberme quedado esa noche, tal vez si no me hubiese ido ahora ella estaría conmigo y no debería sufrir viéndola con otro.

Es terrible saber que no la puedo tener y más terrible aún saber que todo es por un error mío, auque tal vez haya sido el destino que así lo quiso.

Y ahora qué hago, qué hago con este dolor, con este sentimiento, si guardándolo me hace sufrir y me destruye por dentro, y diciéndoselo estoy poniendo en juego mi amistad y arriesgándome a quedar como un tonto.

Es terrible pero me siento solo, como si hubiese naufragado en una isla y sin posibilidades de elegir, es como estar entre la espada y la pared.

Ahora sólo me resta esperar y dejarlo todo al azar. Quién sabe, tal vez lo nuestro pueda ser en otro momento, solo el tiempo lo dirá.

Si buscamos en el diccionario la palabra “cultura” aparecen innumerables acepciones, todas acertadas, pero una de las que encontré me llamo la atención “…conjunto de estímulos ambientales que generan la socialización de un individuo…”según esta acepción una persona que no posea un mínimo de cultura no se puede considerar un ser sociabilizado. Entonces pienso en todos aquellos que no tienen la posibilidad de recibir educación o que no tienen ese alguien que los inspire a llegar a alguna meta, que les enseñe a aprender.

Y si realmente las cosas son así es porque lamentablemente es un grupo reducido el de quienes creen que se debe aprender para simplemente saber no para ganar dinero, premios o sobresalir. Creo que vamos tan apurados por la vida, con la cabeza tan ocupada en la manera mas fácil y rápida de conseguir efectivo para tener acceso a esas cosas que con publicidades engañosas nos prometen la “felicidad eterna” que desvalorizamos por completo la oportunidad que tenemos de ser personas a las que se les inculca cultura de diversos modos. Si solo nos desligáramos unos instantes de ese ir y venir en el que la ciudad nos envuelve notaríamos lo importante que puede llegar a ser transformarnos en personas cultas para el día de mañana poder defenderla y defender lo que somos; porque en mi opinión eso somos…cultura.

Agus

El porqué de mis escritos

Una tarde de primavera.

La explicación creo que es muy simple. Mi forma de expresarme es todo el resultado de distintos orígenes. Principalmente, hablando dentro de mis escritos románticos, soy el resultado de la expresión amorosa de mi mamá con mi papá, y debido a que por el momento no puedo imitar tal expresión de cariño, tengo, por suerte, la capacidad de crear expresiones de amor de la misma magnitud, aunque nada prácticas, sino más bien teóricas, ya que están todas plasmadas en un archivo Word o en un papel de un cuadernillo a rayas.

En cuanto a mis ensayos o escritos largos son aquellas palabras que siempre callé o que solamente no tenía el sable lo suficientemente afilado ni el escudo lo bastante resistente como para soportar las heridas críticas que provocaría una buena crítica encajada cual flecha medieval.

Los poemas son los distintos escalones que determinan las estrofas para subir o bajar por los pisos de mi imaginación. Mucho no me gusta basarme en mis ensayos o narraciones, por ende, para comprenderme un poco más, sería necesario tomar un tentempié un poema romántico o, en caso sinonímico, unas frases del mismo calibre.

En fin, mi fin único es expresar de forma expresiva expresiones ya expresadas en mi mente para expresar, de manera extensa o expresa, la expresión que significa mi vida, y, en lo posible, servirle de inspiración a un escritor/a en potencia.

Fama y Famita

Escribir, mi forma de expresarme

Siempre he sido un poco tímido, es más, hasta diría que introvertido. Nunca fui de hablar mucho, más bien soy de los callados y eso en mi vida me ha traído tantas consecuencias como recuerdos y sentimientos.

Algunas buenas, positivas y otras negativas, y de cada recuerdo dolor, alegría, tristeza, bronca, impotencia. Es más, muchas veces hasta he guardado estas emociones, y es como si yo llevase una mochila, que con el tiempo se ha ido llenando de estos momentos que no expresé ni dije.

Pero yo ya tengo dieciséis y aunque varios dirían que mi vida es relativamente corta, es una vida en fin y he guardado muchas sensaciones y cosas que nunca dije, debido a mi dificultad para expresarme. Hasta que se me ocurrió que yo podía plasmar en papel todos esos instantes y frases guardados en esa mochila, que ya se me estaba volviendo bastante pesada, ya que siempre me exprese mejor con un lápiz en la mano.

Por eso escribo las historias que leerán o les leerán a continuación, en ellas podrán encontrar cuentos, poemas y demás, todas basadas en sentimientos y hechos de la vida real, miles de situaciones en las que no logré expresarme ni sacar afuera lo que sentía, todas plasmadas aquí en papel, con el fin de que otros puedan leerlas y que tal vez algún día estas historias y lo que transmiten, les lleguen a la gente a quienes están destinadas.