Bipolar
Bipolar
Duro
Raro
Frío
Calor
Frío de nuevo.
Me siento como el mundo en la época de la Guerra Fría, muy bipolar. No sé bien por qué me sucede. Estoy contento, luego recaído y decaído mayormente. Quiero verla, pero estoy viéndola en mis recuerdos. La extraño, quiero verla. No me alcanza la eternidad para quererte (ahora vuelvo a estar feliz) y de vuelta pienso que la vida sin "ti" es vida sin "ti".
Pero no me encuentro del todo abatido. Me siento cual fuego que quema la carne más dura, pero se ve medio apagado por ráfagas de viento que provienen de mí mismo.
No se conecta más. No sé nada más de ella. ¿Por qué no tiene un celular como todo el mundo? ¿Por qué no pienso en otra cosa? Tantos motivos por los que preocuparse y sólo pienso en éste: ¿Qué hace, dónde está, le pasará lo mismo, la volveré a ver? ¿Por qué me cuesta verla como a todo el mundo que me rodea? ¿Por qué la veo más que al mundo que me engloba? Será que no es como todo el mundo, es diferente, es única, es mi mundo...
Ahora siento que estoy descargando mi inquietud. Me pregunto a veces si no hubiera pasado nada estaría igual que ahora... no creo. Me pregunto si tan fácil se me hace olvidarla con lo que la quiero y lo poco que la conozco. En estos instantes estoy redescubriendo éso que me faltaba. De éso que a ella le contaba cuando me preguntaba si era feliz. Ésa sensación de angustia y satisfacción, de vacío y contento, de alegría y tristeza, de la falta de quietud, de la privación de vicios que se hacen llamar placeres, de perturbar mi calma con un tema nuevo y un eje viejo, ella.
Esa melodía. Esa música. No la saco de mi mente. Esa melodía, esa música selló ese recuerdo. El acordarme de ella me bajonea y también provoca un desprecio por aquellas costumbres a las que me acondicioneo a hacer en estos instantes de aburrimiento, mientras esperaba saber algo de ti. Siento una necesidad existencialista de volver a escucharla. Vienen a mi boca todos esos minutos de fresco verde y pacífico azul claro que se mezclaban con la miel de sus ojos, de sus besos. Cuando lo único que me hacía olvidar ese tema era el latido de su corazón. Quién diría que un ruido tan seco y monótono sea la base de la vida. Uno escucha Requiem y dice que es la música de los muertos y la muerte en sí: monodía acompañada, decenas de instrumentos acomodados, cronometrizados, y el simple tuc-tuc remarca el renacer de lo mas hermoso que Dios nos puede haber otorgado.
El frío de este invierno, me hace falta una campera para estar estable. El calor de sus besos me sacan el abrigo y la noción del lugar donde estoy. Estoy aquí, luego allá y ahora aquí pero en otro lugar, siempre con ella. Tan raro, pero me siento normal.¿Quiénes pueden elevarse con tanta delicadeza como nosotros hacia el cielo, recostarse en una nube y con la misma delicadeza y gran perfección aterrizar uno o dos metros al costado del lugar de donde partimos? Podríamos estar en otra provincia, en otro país, en otra isla, en otro continente e incluso superar la estratósfera y dejar atraernos por la fuerza gravitatoria del primer planeta que se cruce... y perdernos juntos...
Estos escritos son bipolares y demuestran mi propia bipolaridad, de mi forma de ser parecida a aquellas flores llamadas "Enamoradas del Sol", que se abren al salir y recibir los rayos de su estrella. Yo recibo los reflejos de sus alegrías desde el penúltimo párrafo y así me despido. Sin sentido, estructura o coherencia, sólo con ganas de expresarme y perderme en esta novedosa y vieja experiencia que es nueva para mí... perderme con ella... perdernos juntos
♥
Fama y Famita
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